Me dejaste con el corazón en la mano

¿Cuántos de nosotros hemos ofrecido nuestro corazón y ha sido rechazado? Seguramente todos hemos pasado por esa dura prueba de valorar nuestra existencia a través de pasar por esta experiencia, el rechazo es una herida emocional que puede llegar a ser tan profunda que nos marca y sin darnos cuenta vamos por la vida victimizándonos de ser rechazados por la pareja, familia o los amigos; aunque en ocasiones no sea así.
Algunos psicólogos mencionan que el origen de la herida emocional del rechazo nace del rechazo de los padres, aunque esta no sea la intención, sin embargo, identificar el origen es solo una parte la solución, pues el lidiar con el fastidio de seguir ofreciendo, esperando y ser rechazado es el verdadero reto.

La mayoría de las veces nos sentimos cansados de estar ofreciendo nuestro corazón y que no lo quieran, lo que puede llegar a cansar tanto y de pronto ya perdemos la esperanza de que algún día alguien lo tome, por ejemplo, en el tema de la pareja escuchar frases como “ya llegara alguien que te aprecie como mereces, aún no llega la persona indicada, cuando dejes de buscar encontraras a la persona correcta” pueden sonar como ofensas pues ¿Cuántos años más voy a seguir esperando? ¿a cuántas personas equivocadas seguiré conociendo antes de encontrar a la indicada? pues cada rechazo nos deja una marca y es como si un pedacito de nosotros muriera, entonces el rechazo comienza a volverse en nuestra contra, es decir, comenzamos a rechazarnos a nosotros mismos.

Lo anterior nos lleva a la necesidad de sanar está herida y la vía más conocida y aprobada por los expertos en temas emocionales y desarrollo humano nos dicen: trabaja en tu autoestima, tu propia valía, en el amor propio y en dejar de rechazarte a ti mismo. Pues tú mismo eres el único refugio al que puedes recurrir cada vez que la vida te diga “esto no es para ti, tú no eres bienvenido o no te quiero”

Pasos para sanar la herida del rechazo:

  • Aceptación. Aceptar que tenemos está herida emocional, reconocerla y darnos cuenta de ella es el primer paso, aceptarla no desde un papel como víctima sino desde la valentía de reconocerla y de querer sanarla.
  • Agradecimiento. No culpemos a los demás por no querernos, al contrario, agradezcamos que cada “no” recibido en la vida nos está enseñando a valorar lo que si hay.
  • Perdón. Perdónate a ti mismo y luego perdona a quienes sientas que te han ofendido, pues el resentimiento es el veneno que te tomas tu esperando a que le haga daño a quien te ofendió.
  • Amor propio. Fomentemos el amor por nosotros mismos, pues nosotros somos el único refugio que tenemos, por lo tanto, hay que estar en paz con nosotros mismos y con nuestra soledad.




Imagen recuperada de: http://drawingwoo.com/wp-content/uploads/2016/07/broken-heart-drawings-fixing-a-broken-heart-sirquantum-on-deviantart.jpg

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